Ambos peleadores son viejos lobos de mar en las artes de aflojar la quijada y promocionar un combate, y de acuerdo a un diario de Michael Bisping, Belfort comenzó la guerra en la primera visita promocional a Brasil al describir al británico como un “matón y un hooligan” ante la sorpresa de Bisping quien horas antes había hablado con Belfort para buscar un lugar de entrenamiento en un gimnasio patrocinador del brasileño.
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